domingo, 24 de enero de 2010

Iguana en Siberia

Me recibe una copiosa lluvia que expande el frio, las calles mojadas reflejan otro mundo, soy el foraneo que aparenta conocer la ciudad que pisa para no ser presa de los ladrones,soy una iguana en siberia con abrigo puesto.
El bus se mueve lentamente entre semáforo y semáforo, la gente callada cruza calles y avenidas,las gotas mojan el asfalto y en mi presente nada vuelve a ser igual.
Los edificios rozan el firmamento, el silencio se toma por asalto el aire, nadie habla; temen que el calor se escape entre verbos y adjetivos.
Esta ciudad es misteriosa por su silencio y silenciosa por conveniencia. Calles que se cruzan, avenidas interminables, recovecos que aunque dure 10 años viviendo jamas los descifraré, Bogotá es un laberinto frío y peligroso, un misterio que desafia mis esquemas, la ciudad de nadie que todos tienen presente.
Camino silencioso y precavido, salgo del terminal, ha dejado de llover. Taxis que se agolpan, buses que pasan sin advertir mi presencia, gente fantasma que camina sin mirar a los lados.
Sigo las indicaciones y camino hacia la avenida la esperanza, a lo lejos aparece la buseta con la palabra “Fontibón” en la tabla. Subo, pago y me siento. Gente callada me rodea, todos piensan, nadie habla. La buseta atraviesa avenidas sin nombre (para mí) reconozco el lugar y me levanto, oprimo el boton y segundos despues estoy en alguna calle de Bogotá, soy un lagarto en el polo norte y me importa poco.
El paisaje me agrada, no hay sol, las nubes son el techo de esta ciudad, la gente habla en voz baja, se rodea, comen, algunos se besan y el resto solo camina.
Ocupo una banca, enciendo un cigarrillo, por primera vez su calor es reconfortante, he viajado en la nave del tiempo, cai por descuido en Bogotá y me agrada. Empiezo a sentirme en mi lugar.
Despues de unos minutos aparece Nilxo y Claudia, Nilxo es mi tio y Claudia solo Claudia, me levanto, los saludo. Preguntan nimiedades, respondo con monosílabos, caminamos lento, hablamos bajo; cuidamos el silencio. Nos perdemos entre gente que vaga, a lo lejos veo su apartamento en la torre D de un conjunto cerrado. La noche empieza a caer y los delitos aumentan. Miro el cielo, nada es igual, espero que el frío se convierta en mi complice mientras entramos al apartamento.