viernes, 25 de septiembre de 2009

Eva que no llega

La esperé por mas de una hora y ni su sombra apareció, los minutos pasaron y el sol se hacia cada vez mas insoportable, conmigo esperaban otras personas que tal vez tambien dejarian plantadas.
Esperaban por ese pedazo de amor en el que poder descargar todos esas represiones que les creaba la ciudad y sus horarios. Pense en el fin del mundo, en la economia mundial y nada, ella no queria asomar sus ojos en ese parque que se consumia con el calor infernal de esta ciudad que me conozco milimetricamente.
Los demas seguian esperando para no quedar en vergüenza, no irse con las manos vacias por donde vinierón; por eso seguin ahi; como yo; a cada minuto nuestras posibilidades se agotaban y nada podia detener el tiempo.
Pense en el amor y sus consecuencias, esa busqueda de la media costilla era algo que terminaba en desilusion, pues aunque lograras casarte con la misma miss universo siempre haría falta algo, ese algo que da dolores de estomago y malestares nocturnos cuando las cosas no empiezan a fluir bien, el amor es la excusa para no pensar en nosotros mismos, para no respondernos las preguntas existenciales que corroen nuestra cabeza. Es el no sentirse solos sabiendo que por mas noches que pasemos con ese otro pedazo de huesos y carne jamas, pero jamas llegaremos a meternos en su alma y ser uno solo, jamas dejaremos de ser unidad que busca el calor humano que no encuentra en si mismo, jamas dejaremos de estar solos, de sentirnos miserables y fastidiosos despues del sexo.
Cuando creí que era suficiente tortura y cuando no quedaba nadie mas que yo en ese mugroso parque, coloque mis pies en el suelo y sali con vergüenza por donde habia entrado, con el rabo entre las piernas, con mas angustia que otra cosa y dispuesto a guardar algo de dignidad para el dia del juicio final.