miércoles, 2 de diciembre de 2009

La enemiga de mi silencio

Llegó navidad. Esa época tan fastidiosa y sobrevalorada por los medios de comunicación. El mundo aprovecha este mes para vender toda clase de cosas innecesarias; desde un pino artificial hasta unas figuritas hechas de barro representando un nacimiento de un tipo que realmente nunca existio. Los almacenes de ropa hacen su agosto elevando los precios a compradores incautos que no quieren recibir el año nuevo sin “estrenar”. Un viejito vestido de rojo y barba espesa es el tipo más popular de la ciudad. Su presencia vende millones y esta dotado de una barriga tan grande como la de Jota Mario.
El bullicio se toma las calles. El vallenato invade las aceras y al frente está el maldito reggaetón; que no se cansa se sacar canciones estúpidas y vacías como la misma inteligencia de Jota Mario. El mundo y su plaga; es decir nosotros, están empecinados en demostrar que están vivos a punta de bullicio y estruendosos sonidos repetitivos.
La navidad es el enemigo declarado del sagrado lenguaje del silencio. Es en esta época en que pierdo mi lugar y me siento desencajado, perdido y fuera de ruta. Algo me roba las palabras y la estabilidad. No me hallo. Una aburrida y brumosa melancolía me invade y nada impide que se pegue a mi rostro. Entonces soy huraño y molesto con los demás, una soledad toca mis instantes y me hunde en cierta depresión fastidiosa.
Quisiera pensar que solo por este mes no soy yo. Que me convierto en un esplendido bailarín, un amante del merengue; el fanático numero uno de la salsa. El tipo que el ultimo día del mes antes de llegar medianoche saluda a los vecinos deseándoles “feliz año nuevo” y se reconcilia con aquellos a los que no les habló durante todo el año; Pero ese no soy yo. La navidad es mi enemiga y por eso corro a esconderme donde ni siquiera las hadas puedan encontrarme. Hiberno por 31 días mientras el mundo se hunde en su propio vomito; mientras la luna se embriaga y el sol duerme de día. Duermo para olvidar que no hay cabida para un lagarto solitario lleno de prejuicios y tristeza en la epoca mas fastidiosa del año.