lunes, 19 de octubre de 2009

Lo que nunca te dije

Aun recuerdo tantas tardes, trozos del día en los que solo importaba tu presencia y esos sonidos que se conjugaban en tu boca, formando palabras, armonías, verdades.

Lo que me decías se transformaba en alimento para mi monótona depresión que tu sabias esfumar; desaparecer entre miradas profundas y un abrazo sincero del que aun conservo el calor y el recuerdo del que la luna es cómplice.

El mundo se hacía pequeño el espacio era finito y nada mas importaba que el sagrado lugar que nos unía y nos separaba a la vez.
Muchas veces el sol se ocultó para no molestarnos las tardes, los mediodías ¿recuerdas? El era feliz si tu sonreías y yo, inquieto por disolver el reloj que te despedía, maldiciendo a cronos.

Tus sonrisas eran destellos de luz, pedazos de alma que se escapaban por tus labios, mas allá del corazón, entre dimensiones de gran perfección, allí estaba tu esencia, definiendo lo que eras, el espíritu que sobrepasaba mis argumentos.

Y te quise con todo lo que me sobraba, que era lo que tenía, te quise como el girasol al gigante astro, que sin alcanzarlo no deja de seguirlo con su mirada, no deja de necesitarlo, yo te necesitaba, tal vez nunca te lo dije pero tu eras mi necesidad diaria,mi perfecta medicina.