viernes, 19 de junio de 2009

Tu y Yo

Tú, palabra que me exalta y me deja inquieto; tú eres un trozo de dios envuelto en un corazón que sangra sin remedio, entre carnes que limitan tu imaginación, tu eternidad. Tu perteneces a un nivel que aun no alcanzo eres de una rara especie contraria a mis libros, a mis teoremas; un acertijo que propone dudas, que me ata a la voluntad de reptar a tu lado, de moverme zigzagueante, esquivando tus espinas, tus trampas ocultas, tus rabias.
Y yo, yo solo soy ese, el chico nada, aquel que no aprendió a saludar de mano las visitas, el muñeco de trapo que todos pateaban, la cosa rara del vecindario, el de las noches en los ojos, el ausente en los 15’s, el cara fea, el cara rara, el corazón solitario.
Ahora; no sé qué papel ocupamos en este mundillo de oportunidades falsas, de paraísos pintados con temperas que se lleva el agua, con crayones invisibles. Nosotros es la palabra que no logro acomodar en mi lógica algo desordenada, no sé que somos, aun no entiendo que hacen nuestras sombras cuando se abrazan, bajo el sol del mediodía, cuando la mía te susurra al oído que te quiere y la tuya parece entender que el sol no dura todo el día; que el viento se lleva las palabras de siempre y solo queda el silencio, vagando entre preguntas que aun no logro resolver, entre tu mirada y la mía, entre tú y yo, entre el cielo y el infierno; que me parece estrecho cuando se trata de descifrar tus límites.