viernes, 22 de mayo de 2009

Impotencia

Me acusa la impotencia que dejas cuando se esfuma tu mágica presencia. Cuando dices adiós sin pronunciar palabra, sin importar que tal vez no pueda dormir ni encuentre un espejo en el que verme bien.
Tal vez no te des cuenta pero me haces falta, mis ojos se acostumbraron a ver tu perfección, mis oídos imaginan escucharte cuando solo el viento es el que susurra. Me miento cuando le digo a mi conciencia que mañana vendrás, que acompañarás las tardes sangrientas de mi casa, que mi imaginación tejera muchos cuentos que te recitaré para ocultarte cosas que no quiero contarte pues te lastimarían, me miento pues eres ave que no se detiene en nidos de invierno, me miento pues tienes por segundo nombre libertad y eso es muy difícil de igualar, de alcanzar.
Esta noche cuando la luna me muestre su mejor vestido contaré los minutos que me regalaste el día que ya se ha ido, y sé que serán pocos, que el día tienes pocas horas cuando se trata de permanecer a tu lado, respirando tu vitalidad, alimentándome de tu cabello, de tus labios, de tus cualidades invisibles.
Te vas dejándome atrás sin más remedio que apuñalar un cigarrillo entre mis labios, luchar contra un cuerpo que parece no ser el mío y desear que mañana el sol maquille tu sonrisa de nuevo.