miércoles, 20 de mayo de 2009

Critica destructiva


Una mascara cubre nuestra verdadera naturaleza, nos aleja de los demás y de sus preguntas, nos evita complicaciones hasta con nuestras dudas.
La colectividad se apodera de todos nuestros actos y cada paso que damos se vuelve repetitivo y predecible, pasamos horas enteras tratando de llenar nuestra casa de chucherías y cachivaches de todos las formas y colores, para ocultar ese vacío interior que no se llena ni con todos los electrodomésticos del almacén mas caro. Vivimos matando nuestra vida para ganar ¿que?, un montón de cenizas de las que nadie escapa, un polvo que se lo lleva el primer viento que pasa, un adiós que nadie quiere ver y por eso lo de las mascaras, para ocultar quien verdaderamente somos, para ocultar la podredumbre que esta mas allá de los ojos superficiales.
Entretenemos nuestras cualidades verdaderas y el artista que hierve dentro se cansa de la inactividad que tu prolongas por tiempos largos, se congela tu pasión por ser libre y eso que querías ser cuando eras un niño todavía se desvanece entre pitos de carro, horarios de oficina y madrugadas repetidas.



Y estúpidos se convierten los pasos que vas marcando, en pos de un futuro traslucido e invisible, casi imposible, tu sabes bien en el fondo que esa utopía no existe, que hasta se puede poner en duda la existencia del paraíso extraterrenal, ese del que hablan los libros de religión, con la que también cumpliste dándole un poco de tiempo para abrazar la tradición y las “buenas costumbres”, que nunca tuviste el coraje suficiente para gritarle a dios que existían noches en las que dudabas de su existencia, que tenias ganas de maldecirlo por su hacer impredecible y algo errático, pero que la cobardía ato tu boca.
Si, somos tan falsos como las promesas de amor de una prostituta, como el “hasta que la muerte los separe” que dicta el cura al final del falso ritual del matrimonio y ¿sabes que es lo peor de todo? Que el sol pasa, la luna cumple su ciclo y la vida se nos va sin darnos cuenta de lo dormidos que se encuentran nuestros ojos, del regalar nuestra vida ¿a cambio de que?, si al final todo se ira a la mierda.